Ya bueno, sé que la fecha está bastante pasara (11
días…Mmm) Pero por X, Z, e Y no lo había subido (por el hecho de que ni
siquiera había hecho el blog) Pero aun
así, para todos aquellos que quieran intentar esta fabulosa dieta, le doy a
conocer mi experiencia con ella.
Todos dicen que hay
dietas maravillosas, como leí una vez en un libro que me encanta y que
recomiendo mucho: ‹‹Pendejadas Celebres en la historia de México›› de Antonio Garci: “Hay dietas como la de la
luna, que nada más tienes que comer cuando hay luna llena, pero luego de tres
semanas sin comer ya no se distingue entre la luna y el sol y tienes que comer
o te mueres de inanición, pero bajas de peso”.
Y para qué hice esta
cita y todo lo demás, pues para decirles que: Sí hay dietas que sirven y sirven
mucho.
Luego de la Navidad
TODOS subimos unos cuantos kilos (2, 3, 4…) y luego para regresar a la vida
diaria es un tanto incomodo sentir que los pantalones te aprietan, o que las
blusas van a dar el botonazo, por eso mi doctor me recomendó: “La dieta del año
nuevo”. Está dieta debe empezarse una semana antes de año nuevo para que surja
efecto. Y a mí francamente me ayudó.
El primer día en la
mañana junto con mi coctel matutino de píldoras (Sí, soy hipocondriaca, no hay
de que preocuparse) me tomé un vaso de jugo de naranja y UNA barrita integral
de linaza (la bolsita trae dos). Sentía que me gruñía el estomago, pero dije:
‹‹Todo sea en pos de la belleza y la fiesta que tengo en año nuevo.››
Llegó la tarde y me
comí media lechuga, un jitomate y un pedazo de pollo tan pequeño como la palma
de mi mano. Me sentí terriblemente mal luego de la comida, pues pensé en las
veces que me había atiborrado (cosas deliciosas) y en los pobre niños africanos
que seguramente desearían tener ese miserable y pequeño pedazo de pollo que me
había comido y que, según mi experta opinión, no me había tapado ni el hoyito de la muela.
En la tarde unas amigas
me invitaron al cine y yo dije: ‹‹Bueno, para distraerse›› ¡Mala idea! Ellas,
aún ante mi cara de sufrimiento, se compraron un combo de palomitas con
refresco y un chocolate y la otra un combo de nachos que olía… ¡Quería llorar
de la frustración!, pero aguante, no compré más que una botella de agua.
Cuando salimos del cine
sentía que mi estomago se comía a mi intestino delgado y que no aguantaría
mucho más y para acabarla de amolar
estaba afuera un puesto de Hot-dog’s. ‹‹ ¡No es posible! El mundo conspira en
mi contra. ›› chillé internamente y decidí tirarlo todo por la borda, comprando
un Hot-dog que fue mi primer alimento decente en el día.
Bueno, para no hacer el
cuento más largo y tedioso la dieta sí que me sirvió. He comprobado que el
estrés, la frustración, el antojo, las medicinas para la garganta, y un hot-dog
de la calle en un estomago vacío son el mejor implemento de la diarrea. Toda la
semana antes de año nuevo he tenido una diarrea acompañada de vomito (cosa nada
agradable) que no me ha permitido comer nada y me ha hecho bajar en UNA semana
los tres kilos que NO subí en navidad.
Y como todavía no pobre
comer nada en año nuevo me recuperare en Reyes.
Atención: Esta dieta es
riesgosa y los efectos colaterales como el dolor de cadera por estar sentado
demasiado tiempo en el váter no se corrigen con los medicamentos usados para
revertir la disentería, por lo cual se recomienda cuidado de tratar de usar
esta dieta para bajar de peso rápidamente.
PD: El enlace no lleva a ningún lado. Y la dieta es más efectiva si tienes fiebre del mediterráneo.