Ensayo sobre: La muerte de
Iván Ilich.
‘La muerte de Iván Ilich’ aborda un tema
extraordinariamente sensible, como lo es la muerte, puesto que no es un secreto
el que todos los seres humanos, sin importar quienes son o en que posición se
encuentran, en algún momento han llegado a temer a la muerte. Y ¿qué mayor
realismo se podría tener al plasmar la muerte, que mostrándola con un enfermo
terminal, como lo es Iván Ilich?
Éste es un libro realmente
apasionante, que lleva a escena lo más crudo del realismo. Es una forma en la
que Tolstoi se plasmo a sí mismo y a todo el mundo (en especial al pueblo ruso)
en páginas, mostrando la muerte de cualquiera y el terror de todos.
En el presente ensayo no
pretendo contrastar dos obras de León Tolstoi, como hice anteriormente con
Franz Kafka. Puesto que tratar de probar que existe una relación entre
cualquier obra de Tolstoi y ‘La muerte de Iván Ilich’ sería como tratar de
encontrar las semejanzas físicas del agua y del aceite, encontrando cómo única
coincidencia que ambos son líquidos.
Mi intención en este ensayo
es contrastar esta magnifica obra con la propia vida de León Tolstoi y, en menor
medida, con la caída del zarismo en Rusia. La primera por haber sido una vida
cuestionada por racionalismos cambiantes que venía e iban de la mente de
Tolstoi y la segunda por el regocijo popular que sintió la población rusa al
ver caer al zar Nicolás II, mismas que se sintió en el Palacio de Justica tras
la notica de la Muerte de Iván Ilich.
El autor del prologo,
Roberto Mares, asegura que ‘La muerte de Iván Ilich’ está basada en la muerte
del padre de León Tostoi:
Resulta
significativo el título original que Tolstoi le asignó a esta obra: La muerte de un juez. Aunque después –lo
que es todavía más interesante –, le puso: La muerte de Iván Ilich, lo que
resulta muy significativo cuando nos esteramos de que su padre fue el conde
Nikolai Ilich Tolstoi, quien era un aristócrata de medio pelo, fiel defensor de
los valores tradiciones.[1]
Sin embargo yo difiero de
esta opinión, no sólo porque a los nueve años de edad se es demasiado joven
como para comprender una cosa tan compleja como es la muerte (a esa edad perdió
Tolstoi a su padre), sino porque hay coincidencias muy significativas entre la
vida de Tolstoi y la vida de Iván Ilich, así mismo como hay muchas
coincidencias en sus muertes.
En mi opinión la vida de
Iván Ilich es la vida que Tolstoi hubiera deseado vivir. Una vida de
comodidades en la que únicamente debía preocuparse de su trabajo sin tener
tantas influencias que lo incitaran a buscar un sentido más allá del dinero y
un bien para otros que no fueran él; al
mismo tiempo era la vida que Tolstoi hubiera odiado, una vida vacía en todo
sentido; y pese a eso fue la que vivió. ‘La muerte de Iván Ilich’ es el
compendio de estas realidades unidas en una sola obra que tenía como única
finalidad la muerte, su propia muerte.
De entre las primeras
coincidencias que encontré entre la vida de Tolstoi y la de Iván es que ambos
buscaron un casamiento conveniente, un casamiento que descubrieron no los
satisfacía en lo más mínimo a la largo del tiempo.
…su
mujer se puso deliberadamente a turbar el curso tan agradable y tan correcto,
de su existencia: se mostraba celosa sin justificación, exigía que se ocupara
constantemente de ella, provocaba toda clase de conflictos entre ellos y le
hacia escenas desagradables y has groseras.[2]
De igual manera se comenta
(en documentales) que Tolstoi consideraba a su esposa como ‘insoportable’. Siendo
esta la razón de que la dejara para irse al campo por un tiempo prolongado. Además se dice que Tolstoi y su esposa tenía
pocos menos que nulos momentos de romance, pues Tolstoi prefería suicidarse a
caer ‘en la tentación carnal’, tal como Iván y Prascovia: ‹‹En raros momentos
las pasión amorosa arrastraba a los dos esposos el uno hacia el otro.››[3]
Era
1880, y ése fue el año más penoso que conoció Iván Ilich; aquel año se puso en
manifiesto, por una parte, que su sueldo no le bastaba para vivir y, por otra
parte, que todo el mundo lo hacía a un lado y que lo que él consideraba como
una injusticia atroz y espantosa no era, a los ojos de los demás, mas que una
cosa de los más natural. [4]
La
cita anterior tiene un algo de relación con el hecho ocurrido en 1862, en el cual,
luego de ser llamado por el Zar Alejandro II como analista y mediador, Tolstoi,
fue fuertemente criticado por los propietarios que lo acusaron de fomentar la
rebelión de los campesinos; razón por la cual decidió regresar a Iasnaia,
Polonia, de igual manera Iván Ilich decidió ir al campo a tomar una vacaciones
con la familia de su esposa.
Luego
de este suceso los éxitos de León Tolstoi empezaron a subir, con la publicación
de ‘La guerra y la paz’ en 1869 y posteriormente con ‘Ana Karénina’, de igual
manera cuando Iván Ilich regresó a su antiguo ministerio, aumentó su éxito laboral:
fue ascendido y su salario subió. Sin embargo y de manera simbólica Iván Ilich
sufrió un golpe en el costado con el cual
comenzó su decline moral y físico.
Su trabajo estaba bien, su familia – inadecuada, a su gusto, como
siempre había sido – estaba bien, pero él ya no estaba bien.
Algo
muy similar le pasó a Tolstoi. Desde antes las ideas del deber, de lo religioso
y de otra serie de moralidades que lo atormentaban, lo habían llevado a
escribir grandes maravillas, mientras que su fuero interno sufría una serie de
cuestionamientos que plasmaba en papel antes de llevar a la acción, como fue el
libro ‘El diablo’, historia de un hombre que prefiere la muerte a tener sexo,
siendo que con eso afianzó su negativa a tener relaciones con su mujer.
Y
entonces de su desesperación y de lo vacío de su vida nace: ‘La muerte de Iván
Ilich’ para recordarle lo que ha vivido y que eso mismo no ha valido para nada,
pues tarde que temprano morirá en la agonía de recordar su infructuosa vida.
Una
de las últimas similitudes que noté, y la que se me hizo más desgarradora que
todas, es la parte final del libro, así como la parte final de su vida (de
Tolstoi). Las últimas palabras que susurra Tolstoi a su hijo antes de morir
son: ‹‹Me voy a otra parte, para que nadie me moleste.››[5], parecidas a las palabras
que le dice Ilich a su mujer: ‹‹Llévatelo… Me da lástima…››[6], siendo que aquello que
realmente hubiera deseado decir, no fue más que un pensamiento de Ilich y del
propio Tolstoi: ‹‹Sí, los estoy atormentado
—pensó —. Tienen piedad de mí, pero les conviene más que me muera. ››[7]
Ahora
abordo el tema de la caída del régimen zarista. La muerte de Iván Ilich, fue,
de alguna manera, una predicción de aquello que pasaría con el sistema zarista,
un sistema que estaba viejo, achacoso y enfermo en todas las formas posibles.
Un sistema que vio aquello que había aquejado al pueblo francés antes del
derrocamiento de su rey, pero que se dijo a sí mismo ‹‹le puede pasar a todos,
menos a mí.›› Dándose cuenta más tarde de lo mismo que se dio cuenta Iván
Ilich: ‹‹Todos los hombres son mortales, yo soy un hombre, luego, yo soy mortal. ››[8]
En
cuanto el sistema zarista cayó se crearon miles de expectativas de quien
tomaría las riendas del país, de igual manera, cuando Iván Ilich murió todos en
el Palacio de Justicia comenzaron a preguntarse quien tomaría el lugar que
había dejado Ilich.
Posiblemente
mi comparación entre la caída del régimen zarista y ‘La muerte de Iván Ilich’
no parezca más que un vano esfuerzo por llenar de letras un pedazo de papel, pero
la verdad es que carezco de conocimientos suficientes para profundizar en esta
investigación, la cual, sin duda, abarcaría no menos de la mitad de la
extensión del mismo libro.
A mi
parecer la cantidad de citas mostradas a lo largo de este ensayo prueban, de
manera contundente, que Iván Ilich y León Tolstoi son, sin lugar a dudas, la
misma persona, haciendo de esta muerte algo más profundo que la simple muerte
de un personaje de novela y convirtiéndola en la muerte de un renombrado
escritor, que tras su persecución religiosa se dio cuenta de que había llegado,
precisamente al mismo lugar del que alguna vez había escrito: ‹‹¡Acabada la
muerte! —se dijo —. No existe ya.››[9]
Termino
este ensayo citando a Moliere, con una pregunta que sin lugar a dudas de adapta
a esta obra:¿La muerte de Iván Ilich ‹‹puede conmovernos por su ser real, o por
su ser intencional››[10]? ¿Nos conmueve la realidad
de este hombre moribundo o nos conmueve lo que represente a es hombre
moribundo?