miércoles, 11 de enero de 2012

Dieta de año nuevo


Ya bueno, sé que la fecha está bastante pasara (11 días…Mmm) Pero por X, Z, e Y no lo había subido (por el hecho de que ni siquiera había hecho el blog)  Pero aun así, para todos aquellos que quieran intentar esta fabulosa dieta, le doy a conocer mi experiencia con ella. 


Todos dicen que hay dietas maravillosas, como leí una vez en un libro que me encanta y que recomiendo mucho: ‹‹Pendejadas Celebres en la historia de México››  de Antonio Garci: “Hay dietas como la de la luna, que nada más tienes que comer cuando hay luna llena, pero luego de tres semanas sin comer ya no se distingue entre la luna y el sol y tienes que comer o te mueres de inanición, pero bajas de peso”.

Y para qué hice esta cita y todo lo demás, pues para decirles que: Sí hay dietas que sirven y sirven mucho.

Luego de la Navidad TODOS subimos unos cuantos kilos (2, 3, 4…) y luego para regresar a la vida diaria es un tanto incomodo sentir que los pantalones te aprietan, o que las blusas van a dar el botonazo, por eso mi doctor me recomendó: “La dieta del año nuevo”. Está dieta debe empezarse una semana antes de año nuevo para que surja efecto. Y a mí francamente me ayudó.

El primer día en la mañana junto con mi coctel matutino de píldoras (Sí, soy hipocondriaca, no hay de que preocuparse) me tomé un vaso de jugo de naranja y UNA barrita integral de linaza (la bolsita trae dos). Sentía que me gruñía el estomago, pero dije: ‹‹Todo sea en pos de la belleza y la fiesta que tengo en año nuevo.›› 

Llegó la tarde y me comí media lechuga, un jitomate y un pedazo de pollo tan pequeño como la palma de mi mano. Me sentí terriblemente mal luego de la comida, pues pensé en las veces que me había atiborrado (cosas deliciosas) y en los pobre niños africanos que seguramente desearían tener ese miserable y pequeño pedazo de pollo que me había comido y que, según mi experta opinión, no me había tapado ni el hoyito de la muela.

En la tarde unas amigas me invitaron al cine y yo dije: ‹‹Bueno, para distraerse›› ¡Mala idea! Ellas, aún ante mi cara de sufrimiento, se compraron un combo de palomitas con refresco y un chocolate y la otra un combo de nachos que olía… ¡Quería llorar de la frustración!, pero aguante, no compré más que una botella de agua.

Cuando salimos del cine sentía que mi estomago se comía a mi intestino delgado y que no aguantaría mucho más y para acabarla de amolar estaba afuera un puesto de Hot-dog’s. ‹‹ ¡No es posible! El mundo conspira en mi contra. ›› chillé internamente y decidí tirarlo todo por la borda, comprando un Hot-dog que fue mi primer alimento decente en el día.

Bueno, para no hacer el cuento más largo y tedioso la dieta sí que me sirvió. He comprobado que el estrés, la frustración, el antojo, las medicinas para la garganta, y un hot-dog de la calle en un estomago vacío son el mejor implemento de la diarrea. Toda la semana antes de año nuevo he tenido una diarrea acompañada de vomito (cosa nada agradable) que no me ha permitido comer nada y me ha hecho bajar en UNA semana los tres kilos que NO subí en navidad.

Y como todavía no pobre comer nada en año nuevo me recuperare en Reyes.

Atención: Esta dieta es riesgosa y los efectos colaterales como el dolor de cadera por estar sentado demasiado tiempo en el váter no se corrigen con los medicamentos usados para revertir la disentería, por lo cual se recomienda cuidado de tratar de usar esta dieta para bajar de peso rápidamente. 

PD: El enlace no lleva a ningún lado. Y la dieta es más efectiva si tienes fiebre del mediterráneo. 

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