sábado, 10 de marzo de 2012

Homofobia y malos políticos


Homofobia y malos políticos.

Últimamente he estado viendo que hay una gran, gran controversia con respecto a la homosexualidad, con respecto a los matrimonios gay, y aunque corro el riesgo de desviarme  terriblemente de mi tema principal, también hay una gran decadencia de políticos efectivos y buenos en México.

Antes que nada lo voy a decir tal como es: A mí, los homosexuales me tienen sin cuidado. No me quita el sueño el hecho de que haya personas que les gusten otras personas de su mismo sexo.  Y pienso que decir que no te gusta un homosexual es decir que no te gusta un chino y ¡Diablos! Son muchos como para que los puedas erradicar, por lo cual es ilógico.

Ahora bien, hay mucha gente estúpida (lo recalco y no me arrepiento) que más allá de ‘no gustarles’ los homosexuales, les tiene fobia, como la fobia que se les tiene a las arañas, pero no se dan cuenta de que, tal como ellos, los homosexuales son humanos. Tienes dos piernas, dos brazos, cinco dedos en cada mano, dos ojos una nariz, una boca, pero sobre todo un cerebro con raciocino suficiente para aceptar que son diferentes, superarlo y seguir a delante con su diferencia.

La homosexualidad no es un pecado, para todos aquellos que lo piensen así, es como decir que tener sexo cada tercer día es malo, porque el sexo sólo debe usarse para procrear (he escuchado ‘idioteces’ de ese tamaño) y tampoco e una enfermedad o una discapacidad. ¡Es una preferencia sexual! Punto. Es como decir ‹‹Me gusta el helado de chocolate y no el de fresa.›› no debería tener mayor inconveniente.

Ahora, y recordando el infructuoso, inútil, estúpido y otras muchas cosas, discurso de Juan Pablo Castro el matrimonio entre ‘jotos’, como lo dijo él, no es más que una aplicación de la ley, el articulo 4° estipulas que hombre y mujeres son iguales ante la ley, lo homosexuales siguen siendo hombres y mujeres y TODOS los ciudadanos mexicanos son libre de contraer nupcias con quien así lo encuentre conveniente, en ese caso ¿Por qué no podrían casarse dos hombres o dos mujeres? ¿Por qué a alguien le parece antinatural? A mí me parece antinatural poner miel al jitomate ¡y a mi hermano lo gusta así! ¿qué le voy a hacer? ¿gritarle que es un raro? ¿acosarlo hasta que lo deje? ¿golpearlo porque me parece mal? ¿matarlo?  No, porque es mi hermano, mi semejante y sobre todo un ser humano que merece respeto, así también los homosexuales.

El ser humano tiene la tendencia de etiquetar todo, lo que le parece bueno y lo que le parece malo, aquello que no se ajusta con su idea de como deben ser las cosas es malo, sin importar en absoluto si lo conoce o no. Tolerancia es uno de los valores que más le falla al hombre. Y nuestra ilusión de progreso no hemos sido capaces siquiera de implementarla para llevar una convivencia más sana. 

Ahora bien y pese a que estoy de acuerdo con el matrimonio gay no estoy tan de acuerdo con dejar que dos hombres o dos mujeres críen a un hijo. ¿Por qué? Por el simple hecho de que un niño necesita dos figuras en sus primeros años de vida, una del padre y otra de la madre que puedan definirlo a él como lo que es y no sirvan de influencia en alterar su gusto en un futuro. 

No, y repito, no lo digo porque los homosexuales no puedan ser buenos padres o no sean capaces de serlo, es más, pienso que podrían ser excelentes, incluso más  que una familia normal (tomemos en cuenta que en la ‘normalidad’ las familias son disfuncionales, bueno, sólo el 80%), sino más bien por el bienestar psicológico del niño.

Pero el fin, el bienestar psicológico de los niños es incierto. ¡Hay cada familia!

Ahora, zanjando mi tema principal y tomando el tema de la poco (nula) calidad de políticos que tenemos en México… ¿Quién se cree este chico, Juan Pablo Castro?  ¿Cómo se atreve a decir públicamente ‘jotos’?  Andrés Manuel  no es ni mucho menos mi idea de político perfecto y no lo considero un buen candidato, pero nunca a tenido el atrevimiento de ofender públicamente a un sector de la población (a otros políticos sí, pero es cosa entre políticos).

Que al niñato éste no le parezca la homosexualidad, porque es un homofóbico extremo no le da, de ninguna manera, el derecho a ofenderlo ¡y menos públicamente! Y después, tiene la desvergüenza de decir: ‹Sí, me disculpo, pero recuerden que no considero que esto pueda llamarse siquiera matrimonio.› ósea nene, creo que no te lo dijo tu ‘dady’, pero tú, grandísimo bocazas no eres, ni por asomo, un mandamás que pueda decidir a que se le dice ‘matrimonio’ y a que no. Es una cosa que ya está estipulada en la constitución y ni aunque baile el Papa Benedicto se va a quitar.

Más que estarnos preocupando porque es bueno o malo o si la homosexualidad esto u otro hay que ponernos a reflexionar sobre el tipo de personas que estamos dejando que se paren delante de un micrófono a decir cualquier barrabrava que no responde a las demandas del pueblo sino a las personales.  Los diputados están para atender las quejas de pueblo, no para atender sus fobias. 

Los videos de este políco mediocre: 
   

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